viernes, 2 de octubre de 2015

Producción natural de reinas



Para criar reinas de calidad, hay que imitar las condiciones naturales en las que se forma una reina y entender la biología de las abejas. Una nueva reina es producida en una colonia en forma natural solamente bajo tres condiciones:

1) Cuando la reina ha muerto.

2) Cuando la colonia se dispone a enjambrar

3) Cuando la reina va a ser reemplazada porque no pone, ya sea porque es vieja o porque no produce  suficientes feromonas.

Para diferenciar estos casos, primero hay que buscar huevos en las celdillas y también hay que buscar a la reina. En caso de no encontrarlos, se trata de orfandad. Cuando la colonia se prepara para enjambrar, esta se encuentra por lo general muy poblada y el número de celdas reales es mayor a seis. Cuando las obreras de una colonia quieren reemplazar a la reina, la colonia por lo general está débil y el número de celdas reales construidas es menor de seis. Las tres castas de abejas de una colonia (obreras, reinas y zánganos) se desarrollan a partir del mismo huevo puesto por una reina. Los zánganos surgen de un huevo no fertilizado (por partenogénesis), mientras que las reinas y obreras surgen de un huevo fertilizado. Los factores que diferencian el desarrollo de una reina o de una obrera del mismo huevo, son el tipo de celda y la alimentación. Una futura reina se desarrolla en una celda real, que es más grande que una celda de obrera y su alimentación es exclusivamente a base de jalea real, mientras que las futuras obreras reciben una papilla elaborada con polen y néctar, que es menos nutritiva. Las mejores reinas se desarrollan a partir de larvas recién eclosionadas, ya que reciben una mayor cantidad de jalea real, lo que trae como consecuencia que sean de mayor tamaño y con ovarios más grandes, por lo que potencialmente pueden poner más huevos. Para que esto suceda, las larvas que serán futuras reinas, deben recibir abundante cantidad de jalea real en forma constante desde el momento en que salen del huevo. Una reina se desarrolla en solo 15 a 16 días, mientras que una obrera tarda de 20 a 21. Esto se debe a la mejor y mayor alimentación que la reina recibe. La metamorfosis (cambio de forma) de la futura reina incluye las etapas de huevo (tres días), larva (cinco y medio a seis días) y pupa (seis y medio a siete días). Pasadas estas etapas, la reina emerge como individuo adulto. Después de emerger de su celda, una reina virgen es alimentada por las obreras y posteriormente se desplaza por la colmena en busca de otras posibles celdas reales o reinas. Cuando lo hace, en muchas ocasiones emite un sonido parecido a un silbido de corta duración que se cree sirve para intimidar a otras reinas que pudieran ser sus rivales potenciales. Si encuentra otras celdas reales, hace un hueco con sus mandíbulas en una pared de estas y clava su aguijón en las reinas en desarrollo. Posteriormente las obreras destruyen las celdas y retiran los cadáveres. De encontrarse con otra reina ya emergida, se entabla una lucha hasta que una de las dos reinas muere. Las reinas pueden picar a sus rivales sin perder el aguijón, ya que este es curvo y liso.

La joven reina efectúa su primer vuelo de apareamiento o vuelo “nupcial” al cabo de cuatro a 10 días de emergida. La reina continúa realizando vuelos nupciales durante dos a siete días, dependiendo de las condiciones ambientales externas. Si las condiciones son malas, puede tardar más tiempo en su etapa de apareamientos.

En total la reina efectúa entre uno y cinco vuelos nupciales durante este periodo de su vida y nunca más lo vuelve a hacer. Cada vuelo dura entre cinco y treinta minutos y los apareamientos ocurren en el aire, a una distancia de entre uno y cinco Km. de la colmena de la reina, en las llamadas zonas de congregación de zánganos. En estas zonas, las reinas se aparean con uno a 17 zánganos. Las reinas almacenan semen de todos los machos con los que se aparean en un órgano de reserva que se llama espermateca y que tienen en el abdomen. De esta manera, las reinas aseguran la fertilización de huevos hasta por varios años. Las reinas empiezan a poner huevos dos a cuatro días después de su último vuelo de apareamiento. Las reinas son alimentadas por las obreras exclusivamente con jalea real por el resto de sus vidas, lo que asegura una buena postura. Las reinas pueden poner entre 500 y 2500 huevos al día, dependiendo de varios factores, entre los que se encuentran la época del año, la fortaleza de la colonia, el origen genético de la reina, la afluencia de alimentos, etc. Las reinas africanizadas ponen más que las europeas.

Los zánganos en la reproducción

Los zánganos proceden de huevos no fertilizados debido al fenómeno de la partenogénesis, por lo que son solo hijos de la reina y no tienen padre. Los zánganos llevan la mitad de los cromosomas (material genético) que tienen las hembras. Por eso puede pensarse en ellos como gametos masculinos de otra reina. Los zánganos emergen luego de 24 días de desarrollo y alcanzan la madurez sexual entre los 10 y 14 días. A partir de esa edad, los zánganos realizan vuelos de aproximadamente 30 minutos de duración, en busca de reinas vírgenes que visiten las zonas de congregación. Tienen ojos grandes y un buen olfato para detectarlas, ya que estas liberan feromonas, que son sustancias olorosas (“perfumes”) que tienen la función de atraer a los machos. Los zánganos mueren luego de aparearse porque sus genitales se fracturan y quedan alojados en la vagina de la reina. Estos genitales son visibles a simple vista y se les denomina “signo de apareamiento.” En ocasiones, es posible observar reinas regresando de vuelos nupciales, entrando a su núcleo o colmena con una estructura blanquecina saliendo de la cámara del aguijón (el signo de apareamiento).

(api-cultura.com)

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