En un informe de NUEVO ABC RURAL publicado en el año 2013, se rescata una nota sobre la provincia de Entre Ríos. En esta provincia se siembra más del 98% del lino argentino, con una implantación que arranca a principios de mayo y una cosecha que comienza a fines de noviembre, donde se pueden obtener rendimientos promedios de entre 1.500 y 1.700 kilos por hectárea. La situación casi no ha variado desde entonces y vale la pena repasar algunos conceptos centrales vertidos por el contador José Adolfo Corva, socio de la Compañía Industrial de Aceites (CIDA) de la ciudad de Nogoyá, y del Productor Guillermo Jauck, que explican muy bien las causas y condiciones en la merma de la producción de lino en Argentina.
Redacción Hora 25 Rural
“En la década de 1930, en el país se producían alrededor de dos millones de toneladas de lino, siendo éste cultivo para la Argentina lo que hoy es la soja”, graficó el contador José Adolfo Corva, socio de la Compañía Industrial de Aceites (CIDA) de la ciudad de Nogoyá, aceitera que desde hace 67 años trabaja con el lino, siendo una de las tantas procesadoras lineras que había en la Argentina en la década del ‘40. “Se industrializaba en pequeñas fábricas de 60 a 100 toneladas de capacidad de procesamiento diario, elaborando -la mayoría- expeller para alimentación animal con Omega 3 y aceite crudo para la fabricación de pinturas, tintas, resinas y barnices”, apuntó.
En ese sentido, el representante de la CIDA, recordó que en Entre Ríos existían entre 15 y 20 fábricas de aceite de lino diseminadas en toda su territorio, e incluso había un número similar en las vecinas provincias de Santa Fe y Buenos Aires.
Sin embargo, Corva lamentó que todas esas fábricas fueran desapareciendo y el cultivo fue reduciendo la superficie de siembra, especialmente a fines de la década del ‘80 y principios de los ‘90, por dos razones fundamentales: la desaparición de la Unión Soviética y el cierre, en 1993, de la principal fábrica procesadora de lino del país.
Como consecuencia, la superficie de siembra se fue reduciendo paulatinamente hasta llegar a las 8-10 mil hectáreas en el año 2000, con unas 10 mil toneladas de producción a razón de un rendimiento promedio de 10 quintales por hectárea”, continuó.
El representante de la CIDA, indicó que más tarde “el mercado de lino volvió a repuntar un poco, hasta llegar a producirse entre 40 y 50 mil toneladas, con precios atractivos, por lo que nuestra empresa junto con diferentes cooperativas y universidades entrerrianas realizamos 10 reuniones técnicas para que la gente supiera cómo producir y vender lino, para que no desaparezca el cultivo”.
Por su parte Guillermo Jauck, reconocido productor y socio de la firma exportadora Guillermo Jauck y Hermanos de la localidad entrerriana de Basavilbaso, quien entre otros cultivos especiales desde hace varios años se dedica a la producción y venta de lino, reconoció que “el cultivo se fue dejando porque no puede competir con la rentabilidad de otros cultivos, por lo que el año pasado (2012) en Entre Ríos se sembraron sólo 7.000 hectáreas”.
En tanto, Corva aseveró que hoy la CIDA es la única aceitera y procesadora que se encuentra trabajando con esa oleaginosa, con una capacidad de procesamiento de unas 100 toneladas diarias de producto no apto para consumo humano, que se destina a la producción de aceite crudo y filtrado para uso industrial, como base para la fabricación de pinturas, tintas, resinas y barnices; mientras que el lino de buena calidad se destina a la fabricación de alimento para consumo humano.
Por el lado de las buenas noticias para el lino, el representante de la CIDA afirmó que desde la década del ‘90 hasta la actualidad, los rendimientos de grano y aceite de lino se duplicaron, pasando de 700-800 kilos por hectárea en promedio a 1400-1800 kilos, pasando su porcentaje de aceite del 40% al 47%, ya que la producción se concentró en productores de punta y con mejor tecnología de siembra y manejo. “Los lineros que continúan produciendo, lograron buenos resultados, sobre todo en combinación con sorgo granífero de segunda”, aseguró.
En tanto, Corva recordó que en los últimos años, de la mano de las bondades del lino como alimento con propiedades saludables por su alto contenido de aceite Omega 3, se le comenzó a dar mucha importancia en la alimentación, y de a poco volvió a convertirse en un producto interesante.
“Si bien en la Argentina todavía no se logró un refinado de aceite apto para alimentación humana, se están importando muy buenos productos de Canadá y los Estados Unidos”, afirmó. “Pero gran parte de la producción de lino se canaliza como grano limpio y procesado con alto grado de pureza para la fabricación de alimentos para consumo humano, como panificados y galletitas”, apuntó.
Paradójicamente, el representante de la CIDA afirma que al lino le cuesta crecer en superficie, porque requiere muy poca inversión en paquete tecnológico. “Esto hace que quizás los vendedores de insumos no muestren interés para que los productores siembren lino, y sea desplazado por otros cultivos que requieren mayor inversión, como por ejemplo el maíz”, explicó. “El costo de la semilla de lino es nulo, porque generalmente es propia o bien de muy bajo costo, el paquete tecnológico de manejo está difundido perfectamente por el INTA y los herbicidas son los más baratos del mercado y se utilizan en pocas dosis”, afirmó.
En definitiva, Corva consideró que en un año complicado para conseguir financiamiento, “el lino es una buena opción, ya que el acopio o cooperativa solo debe financiarle al productor un poco de semilla y combustible, ya que la inversión por hectárea es mucho menos de la mitad que en un cultivo de trigo”. Asimismo, destacó que “los fletes son todos cortos, por la cercanía de la zona de producción (sur entrerriano) con la empresa (CIDA Nogoyá) y cooperativa (ACA) de entrega, en muy pocos casos superando los 100 kilómetros”.
De todas maneras, el representante de la CIDA alertó que el lino en la Argentina no tiene demasiado margen de crecimiento, porque –reconoció- no existe una estructura suficientemente grande para recibirlo, procesarlo y comercializarlo, por lo que no se puede crecer sin planificación.
“Unas 8-10 mil hectáreas es una superficie acorde a la capacidad actual y para poder lograr un precio acorde a las pretensiones del productor”, opinó.
Campaña 2014/2015: la producción de lino en Entre Ríos cayó un 25 %
En otro informe publicado por el "El Diario" del 3 de Febrero de 2015, se dio a conocer que se cosecharon 11.250 toneladas, 3.646 menos que las recolectadas en el ciclo precedente. También cayeron la superficie implantada y el rendimiento promedio. La mejor campaña de los últimos 15 años fue la 2009/10 cuando la producción trepó a 48.771 toneladas.
Una menor área sembrada y rendimientos inferiores a los del ciclo anterior, obviamente, no podían arrojar sino una merma en la producción de lino en nuestra provincia. El Sistema de Información de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (Siber) dio a conocer los números finales de la tradicional oleaginosa, otrora cultivo central de los inviernos entrerrianos, en la actual campaña 2014/15 cuyo eje dominante fue la tendencia negativa en superficie, rendimiento y producción.
El informe, elaborado sobre la base de la información aportada por los colaboradores del Siber y salidas a campo de los profesionales de la institución, remarca una caída superior al 10% en el área implantada, lo cual representó una reducción de 1.400 hectáreas respecto del ciclo 2013/14 (12.000 contra 13.400).
El rendimiento promedio, igualmente, tuvo también un comportamiento hacia la baja, dado que se reportó una merma 149 kg/ha, posicionándose el valor medio provincial en 970 kg/ha, cuando en el ciclo precedente se había ubicado en 1.119 kg/ha.
Finalmente, como era previsible, se registró una disminución en las toneladas totales, ya que se generó una reducción del 25% (lo cual equivale a 3.656 toneladas), ubicándose la producción en 11.250 toneladas.
Un dato que destacan los técnicos de la Bolsa de Cereales entrerriana es que la campaña 2014/15 es la cuarta consecutiva en donde la producción de lino se ubicó por debajo de las 15.000 toneladas, cada vez más lejos de aquellos años en lo cuales el área dedicada a la oleaginosa superaba las 35.000 hectáreas y se lograban producciones mayores a las 40.000 toneladas. En el ciclo 2009/10, por ejemplo, se implantaron 38.050 hectáreas y se cosecharon 48.771 toneladas, la mejor de los últimos 15 años.
Recuerdo cuando estaba la fabrica en mi ciudad y nos despertabamos con tan agradable olor, como es el que desprende el lino cuando es industrializado....volveran esos tiempos?
ResponderBorrarQue habra sido de esos lugares.?? Cual es tu ciudad?
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