Sabido es que la horticultura necesita de diversificación de productos para que cada productor durante el año tenga en forma continua entre 10 y 12 productos distintos. Pero además, es de fundamental importancia la organización.
Una gran parte de la zona Este, incluidas Colonia Benítez, Puerto Tirol y Makallé, los productores están organizados en una cooperativa. Como su nombre lo afirma “Desafíos Productivos”, hay mucho para avanzar en esta importante cadena de valor.
Todas las verduras de hojas en general, sumado a hortalizas pesadas como mandioca, batata, zapallos, zanahoria y la vedette como vidriera, la frutilla, son los cultivos que se ofrecen en su mayoría a sólo 10 kilómetros de la capital provincial.
La diversificación como estrategia
Por una cuestión productiva y de comercialización, la conducta que deben adoptar los productores a la hora de planificar su predio de producción es la variabilidad de productos que se deben ofrecer, ya que en lo productivo es fundamental porque lo climático no siempre permite la llegada con éxito de un cultivo determinado. A esto, se pueden sumar las plagas y enfermedades y en lo comercial la alta variabilidad en la demanda de mercados, ya que no todo el año se consumen los mismos productos y el precio suele ser muy oscilante a la hora de la comercialización.
Si el productor consigue asumir estas realidades y planifica en base a estos dos ejes fundamentales que tienen que ver con lo productivo y lo comercial (este último es de alto impacto), se pueden obtener grandes resultados. Pero si no se comercializa eficientemente, la rentabilidad es negativa: “Insistimos con esta premisa y trabajamos todos los días para sostenerla”, afirma a NORTE Rural el ingeniero agrónomo Roberto Gillard, socio fundador y asesor técnico de la Cooperativa Desafíos Productivos.
En este marco se producen y ofrecen al mercado, lechuga en sus distintas variantes (común mantecosa, repollada), rúcula, acelga, achicoria, espinaca, cebollita de verdeo, perejil, apio, chauchas, choclo y frutilla como innovación para el Chaco. Además, hortalizas pesadas como batata, mandioca, zapallos (coreano, testzucabuto o conocido como brasilero), zapallito de tronco, zuchini, remolacha y zanahoria, entre las de mayor demanda.
Rendimientos y calidad
En todos los productos de los integrantes de la Cooperativa, se están logrando aumentar los rendimientos por unidad de superficie. Esto trae aparejado el broche final para los ojos del consumidor que es la calidad continua en el tiempo.
“Nuestros clientes ya conocen y de alguna manera son voceros para ganar nuevos mercados a la hora de adquirir nuestros productos, porque no solamente tenemos como objetivos poder sacarle más kilogramos por hectáreas a un productos, sino que las mejora en la calidad es prioritario y sostenerla en el tiempo aún más, porque clientes que ganamos no lo queremos perder y lo cuidamos y esto es una estrategia para ganar nuevos consumidores que prefieren los productos que ofrecemos”, agrega Gillard.
Así destaca: “Sumado a la calidad, la inocuidad para la seguridad alimentaria es una consigna que trasmito a los productores todos los días y esto pasa por una aplicación y manejo responsable en el uso de productos fitosanitarios, cuando sea necesario el control de plagas o enfermedades al igual que el manejo post cosecha., con la preparación del producto hasta llegar al consumidor final”.
La presente campaña
La variabilidad climática como en todos los cultivos es un condicionante para la producción primaria y la horticultura es aún más delicada en este sentido. El agua es el motor fundamental, ya que en un 80 por ciento en el contenido de lo que se produce es líquido, por lo que si no se obtiene este recurso natural, no podemos producir cantidad ni calidad.
“El año que transitamos es bastante anormal. Sobre todo en otoño - invierno, ya que tuvimos lluvias abundantes, temperaturas altas, muy poco días de frío, heladas que todavía pueden darse en forma tardía, son variantes que no manejamos”, concluye Gillard.
Así, con todo este panorama, la producción en calidad se mantiene, los rendimientos en algunos casos están en el límite, pero la oferta de productos es continua con presencia todo el año cubriendo la demanda de los canales de comercialización y tratando de ganar nuevos.
Acceso a las fuentes de financiamiento
“Como profesional de la agricultura siempre sostengo que al productor hay que ayudarlo con equipamiento necesario para que pueda acceder a tecnología, dar semilla, combustible y fuera de tiempo no sirve y es tirar recursos. Debemos ayudar al productor con renovar equipos de riego, para que pueda comprar si no tiene, para que instale los invernaderos o estructuras de media sombra o para que pueda comprar maquinaria de labranza y siembra. Eso sí es ayudarlo”, afirma enfáticamente el ingeniero agrónomo.
En estas cuestiones hay que trabajar con el productor y facilitarle el acceso a las fuentes que son muchas y varias de ellas en la metodología de aportes no reintegrables, pero en todas estas ventanillas hay que formular los proyectos y en este tema es donde también necesita que estemos los técnicos con el productor: “Él no está para hacer papeles”, agrega.
“Siempre falta un poco más, pero con mucha operatividad en la gestión nos estamos equipando para los productores y muchos de los socios ya tienen estructuras de media sombra, invernaderos, equipos de riego todos, plantas de frutales, compramos un tractor cero kilómetro con maquinarias, mobiliario para la Cooperativa y esto gracia a la articulación y trabajo conjunto con el Ministerio de Producción, con la Dirección de Producción Agrícola, con la Subsecretaría de Agricultura Familiar, un gran equipamiento mediante el Programa de Desarrollo de Áreas Rurales (PRODEAR), con Programas Nacionales como el de Competitividad del Norte Grande y estamos esperando poder presentar proyectos en el nuevo Programa presentado oficialmente hace unos días que es el Programa de Desarrollo Integral (PRODERI)”, comentó Gillard.
Una zona que puede crecer
Así, aseguró que se trabaja con algunos pequeños productores y un empresario de la provincia de Buenos Aires en algunas hortalizas pesadas en la zona de Presidencia Roca, donde se probaron además mamones, frutilla, batata de excelente calidad, zapallos coreano y testzucabuto. “Todos de muy buena calidad, pero hay que ajustar logística en transporte y comercialización”, dice al respecto.
Se trata de una zona de muy buenas condiciones se calidad de suelo, agua cercana con el Río Bermejo, el compromiso institucional del Intendente de esa localidad entre otras ventajas.
Estrategias de comercialización
La mayoría de los productores vende el producto en su propio puesto de venta, en el mercado mayorista de Resistencia, en las ferias francas y en forma de intermediación en fruterías, verdulerías y algunos súper mercados.
El desafío es avanzar más en la organización de manera de lograr volúmenes de producción, para ir cubriendo paulatinamente el autoabastecimiento de productos hortícola en la Provincia del Chaco y desterrar esto de que el 80% de lo que se come viene de otras zonas de producción.
Esto es posible lograr con organización, equipamiento en infraestructura predial, financiamiento acorde a la realidad de los productores, capacitación y asistencia técnica, compromiso de los gobiernos locales. “Es decir, municipios en coordinación con el Gobierno Provincial y el INTA, trabajando en forma conjunta en la cadena de valor de la horticultura, sector en el cual todavía se ha hecho muy poco”, finalizó Gillard.
(diarionorte.com)
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