miércoles, 3 de febrero de 2016

Cría de búfalos en Argentina | Mediterránea, Murrah y Jafarabadi


Por Redacción* | Hora 25 Rural

A lo largo de 30 años, mediante numerosos controles de producción realizados en Corrientes y Formosa principalmente, quedó demostrado que en el sub-trópico húmedo argentino, la ganancia de peso de los búfalos es casi un 100 % superior a la de los vacunos; además alcanzan la madurez y el peso para faena a una edad más temprana, mejorando la calidad de la res. Los búfalos son animales domésticos y musculosos con grandes bondades productivas: la carne es más magra que la vacuna y la leche se utiliza para hacer productos gourmet en el mundo.

El búfalo se encuentra actualmente en todos los continentes. Tuvo su origen en Asia y se registran datos de su existencia como animal doméstico desde hace 4.500 años, en la región ocupada hoy por India y Pakistán. 

De Asia fue llevado a África, luego a Europa, a Oceanía y posteriormente a América (Nascimento, 1993).

Registro histórico bubalino en la Argentina

Su origen tuvo en la primera década del siglo XX, cuando se introdujeron desde Brasil búfalos de raza Mediterránea. 

Los investigadores de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNNE, Gustavo Crudeli, Exequiel María Patiño, Pablo Maldonado Vargas y José Luis Konrad, autores del artículo titulado “Pasado, presente y futuro del búfalo en Argentina”, explican además que se introdujeron búfalos procedentes de Rumania y con destino a la provincia de Entre Ríos.

Después de los fallidos intentos de cruzar el búfalo con el ganado bovino, al no haberse considerado la incompatibilidad cromosómica (el búfalo tiene 50 cromosomas y el bovino 60) se los abandonó en diversas estancias, destinadose para el consumo interno de las mismas, volviéndose los animales ariscos y consanguíneos por falta de manejo.

Así estuvieron hasta que en los años ´70 renace el interés en criadores que buscaban explotar campos bajos que eran poco productivos con vacunos, ubicados en la cuenca del río Paraná. Pero después se expandieron también a los campos altos del noreste argentino (NEA), transformando a los campos de cría obligada en campos de cría, recría y engorde. En 1976 había solamente 1300 búfalos en Argentina.

En 1979 se importaron 100 animales de la razas Jafarabadi y Murrah; 40 de ellos fueron enviados a la Estancia Santa Rosa ubicada en la localidad de Esquina, Provincia de Corrientes y los 60 restantes a las estancias La Florencia y La Alicia en la localidad de San Cristóbal, provincia de Santa Fe. 

Pero en la Provincia de Corrientes se debe mencionar que el establecimiento  Estancia Santa Rosa, que marcara el desarrollo de la actividad bubalina en la región y llegara a concentrar una existencia de 10.000 búfalos, ha cambiado de actividad vendiéndose la totalidad de los animales.

La Asociación Argentina de Criadores de Búfalos fue fundada en 1983, bajo la presidencia de José Enrique Bencich, para promover la producción de búfalos, brindando formación e información técnica, organizando planes de selección, promoviendo remates, investigaciones (sobre carne, leche, reproducción) organizando y participando de congresos. 

En los ´80, la Asociacion Argentina de Criadores de Búfalos, logró superar serias trabas burocráticas en las fronteras sanitarias. 

Comenzaron a importarse animales de excelente calidad genética desde Italia, Brasil y, en menor medida, desde Paraguay. Esto produjo un salto cualitativo que permitió llevar al país a un primer nivel genético mundial en las tres razas existentes.

En 1985 se abrieron los Registros Genealógicos de las tres razas.

En 1986 se realizó la primer presentación de reproductores registrados en Palermo.

En los ´90 se produjeron grandes importaciones de vientres, más de 5.000,  y también de reproductores seleccionados desde Brasil. Este fue un salto cuali-cuantitativo que consolidó la cría de búfalos en el país.

En 1992 comenzó la producción lechera bubalina en Argentina (en San Cristóbal, Santa Fe y en Luján, Buenos Aires). Hoy existen en el país algunos establecimientos lecheros: la mayoría ordeña solamente (son tres, que están en Formosa, Misiones y Corrientes), y solo uno vende la leche a una industria que produce mozzarella y otros quesos (en Buenos Aires). 

Desde mediados de la década del ´90, en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad del Noreste (UNNE, Corrientes), un grupo de técnicos con la colaboración de criadores de la AACB trabajaron arduamente en investigaciones científicas referida a la producción bubalina.

Si bien la mayoría de los rodeos bubalinos existentes en Argentina fueron conformados originalmente con ejemplares puros de razas Mediterráneo, Murrah y Jafarabadi, debido a cruzamientos entre estas y al empleo de distintas genéticas lecheras bubalinas, se ha incrementado el número de mestizas de las dos primeras razas en nuestro país. Argentina posee actualmente la cuarta población bubalina del continente americano luego de Brasil, Venezuela y Colombia, encontrándose mayoritariamente concentrada en el subtrópico húmedo de la región del nordeste argentino (NEA), integrada por las provincias de Formosa, Corrientes, Chaco y Misiones.

En 2004, en la ciudad de Corrientes, se creó la Asociación para la Producción y el Desarrollo del Búfalo en la Argentina (Abuar), entidad fruto de una mancomunidad entre productores de búfalos de la Provincia de Corrientes y docentes e investigadores de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE).

En el 2005 se superó los 100.000, de los cuales 32.000 eran vientres en producción, lo que constituía la tercera población de América después de Brasil, con 3,5 millones y de Venezuela, con 300.000. En este mismo año se estableció una cuota Hilton de 200 toneladas para la exportación de carne de búfalo al mercado de la Unión Europea, lo que permite comercializar con países de alto poder adquisitivo de Europa, como Holanda y Alemania.

En 29 años la producción de carne se había consolidado totalmente, en su manejo, su productividad, rentabilidad y en camino de hacerlo en su comercialización. 

De acuerdo a los datos oficiales del año 2014 aportados por el Servicio Nacional de Sanidad Animal (Senasa) la población de búfalos en Argentina ascendía a 87.711 cabezas y de las 23 provincias que componen el territorio nacional existe población bubalina en 20 de ellas y solo en tres provincias del extremo sur argentino (Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego) no se crían búfalos.

Según categorías, la población bubalina del país se halla compuesta porcentualmente de la siguiente manera: búfalas (42,4%); bubillas (17,8%); bucerras (11,7%); bucerros (11,1%); bubillitos (7,3%); bubillos (5,3%); búfalos (3,3%); butoritos (0,7%) y buey búfalo (0,4%).

Las dos provincias consideradas con grandes poblaciones bubalinas son Formosa y Corrientes. Teniendo en cuenta la división del país por regiones, la del NEA (Formosa, Corrientes, Chaco y Misiones) concentra el 80 % de la población bubalina del país. 

La provincia de Formosa es la que tiene la mayor cantidad de búfalos con 36.926 cabezas y 87 productores, y la Provincia de Corrientes es segunda en cantidad con 23.397 búfalos pero la primera en número de productores del país con 167 productores.

En la Provincia de Formosa se aprecia que el 50% de la población pertenece al estrato de grandes productores, en tanto que la Provincia de Corrientes solo presenta un 10% de productores de este estrato, concentrando el 90% de las existencias bubalinas en los estratos mediano y pequeño.

La Provincia de Chaco es la tercera en cantidad de búfalos, registrando un total de 8.408 cabezas y 41 productores, y Misiones es la séptima provincia tomando en cuenta la cantidad de búfalos, pues registra un total de 1.415 cabezas y 18 productores.

Entre las provincias consideradas medianas por la cantidad de búfalos se deben mencionar a Buenos Aires (8.320 cabezas), Entre Ríos (4.622) y Santa Fe (1.585).

“Actualmente la población bubalina de nuestro país debería ser mayor. No es así debido a dos motivos principales, el primero fue el fracaso de dos importaciones de miles de bubillas provenientes de Brasil en la década de 1990 debido a brotes de fiebre aftosa tanto en dicho país como en el nuestro. La otra causa es consecuencia de la ausencia de políticas ganaderas, lo que ocasiona que en Argentina una cantidad importante de bubillas del stock ganadero sean destinadas al mercado de carne, cuando deberían destinarse a la reposición de los establecimientos bubalinos” explican los autores del trabajo "Pasado, presente y futuro del búfalo en Argentina" reproducido además en la Revista Veterinaria de la UNNE.

Resaltan la “enorme importancia” que tendría un programa de importación de semen desde Brasil o Italia, para una superación constante de la calidad de los rodeos.

Consideran al respecto, que “es muy largo el camino que aún se debe recorrer, ya que la calidad general de los ejemplares de nuestro país es inferior a la de aquellos de algunas regiones de Brasil y a la de todos los búfalos italianos”.

El futuro

Para los profesionales de la UNNE, el buen presente de la actividad bubalina en Argentina está respaldada por un futuro con muy buenas perspectivas. En Argentina existe todavía una amplia región inexplotada o explotada ineficientemente desde el punto de vista pecuario, debido a la falta de adaptación del ganado vacuno a la misma, como son los sectores bajos e inundables que totalizan unas ocho millones de hectáreas.

Tal superficie de 80.000 km comprende 15.000 km. de bajos submeridionales santafesinos; 10.000 km de costa de los ríos Paraná y Paraguay en Santa Fé, Chaco y Formosa; 20.000 km del pre-delta entrerriano y delta bonaerense; 15.000 km. de esteros correntinos y 20.000 km. de la cuenca del Río Salado en Buenos Aires.

“Esta colosal superficie es apta para soportar la carga de un búfalo cada dos hectáreas, lo que permitiría una población de 4 millones de búfalos, que no competirían con el ganado tradicional, el cual no es apto para estas zonas “marginales” sostienen los investigadores.

Agregan al respecto, que la producción de búfalos en el país y principalmente en la región NEA presenta condiciones y ventajas competitivas para conformar un entramado o clúster productivo exitoso, ya que cuenta en su territorio con el ecosistema adecuado, también con el socio-sistema, es decir los productores dedicados a la actividad bubalina, y como tercer componente, existen instituciones de generación de tecnología como facultades de veterinaria y agencias del INTA, muchas de las cuales vienen dedicándose desde tiempo atrás a la investigación de temáticas referidas a la producción e innovación tecnológica para la producción bubalina.

Consideran que resta plantear una agenda futura que priorice la dinámica de acción colectiva orientada a una visión compartida para la producción de búfalos en el país y en la región.

Formosa

Actualmente la provincia de Formosa cuenta con alrededor de 36.000 cabezas de búfalos. Se ha convertido, en el último año, en la primera provincia del país en cuanto a cantidad de cabezas.

Con la implementación del Programa Ganadero Provincial en el año 2006, surge la creación del sub-programa bubalino. El subprograma se transformó en Programa debido a la creación de la Subsecretaria de Desarrollo Rural Territorial en el año 2008. En la actualidad pertenece a la Subsecretaría de Producción Sustentable y tiene como objetivo principal la promoción y difusión de la producción bubalina en la provincia, buscando incrementar el stock provincial tanto como el número de productores e incorporar pequeños productores a la actividad.

La producción de búfalos para la producción de carne es una actividad con un gran potencial en esta provincia ya que la especie se ajusta a las características ambientales de gran parte del territorio.

Una caracterización de los establecimientos ganaderos dedicados a la producción de búfalos de la provincia de Formosa permite establecer tres categorías diferenciadas:

1- Los grandes productores se definen como aquellos bubalinocultores que poseen una cantidad de animales superior a las 300 cabezas. Dentro de esta categorización se agrupa la mitad del total de productores de la provincia, la mayoría de los cuales combinan la producción de búfalos con la de vacunos, y eventualmente algunos rumiantes menores. Los bubalinos ocupan generalmente las zonas del establecimiento que presenta mayores limitaciones agroecológicas, donde los vacunos manifiestan un comportamiento deficiente. Se caracterizan por llevar adelante una explotación altamente tecnificada, cumpliendo con rigurosos controles sanitarios, los cuales por lo general coinciden con aquellos efectuados a los vacunos.

El destino final de los productos de estas explotaciones es la faena como bubillos gordos o búfalas y búfalos de consumo o conserva.

2- Existe un grupo de productores medianos que poseen entre 50 y 300 cabezas, con un gran interés en el desarrollo de la actividad, lo que se manifiesta en la voluntad de incrementar el número de cabezas. La actividad se lleva a cabo sobre pastizales naturales, los toros permanecen con las hembras todo el año, se retienen la mayoría de las bubillas para incrementar el rodeo, y eventualmente se compran algunas en los remates o en los campos más grandes.

3- Por último se debe destacar un grupo en activo crecimiento que poseen menos de 50 cabezas y son muy asistidos por el gobierno provincial. Dentro de estos se incluyen 3 escuelas agrotécnicas del oeste provincial, de las cuales dos son escuelas aborígenes.

El Búfalo

El búfalo domestico o búfalo de agua (Water buffalo), cuyo nombre científico es Bubalus bubalis sp., es originario de Asia y se estima que fue domesticado hace 7.000 años en China; hace 6.000 en el valle del Indus, India; y 4.000 en la región de Ur, actual Irak.

La especie Bubalus es distinta del bisonte o búfalo americano, del sincerino o búfalo africano, y distante en 5 pares de cromosomas del vacuno, lo que hace inviable su cruza.

Desde hace unos 50 años el búfalo se ha revalorizado hasta convertirse en foco de la investigación tecnológica y del interés empresarial, debido a su fertilidad, su longevidad, su aptitud para producir carne, leche y trabajo, a que da como subproducto un cuero de extraordinaria calidad, a su eficiencia de conversión, su adaptación a condiciones difíciles o imposibles para el vacuno.

La eficiencia de conversión al calor lo hace mejores ganadores de peso y eficientes productores de leche en condiciones tropicales y subtropicales. El estacionamiento natural del servicio en el otoño, permite una perfecta adaptación de los requerimientos a la curva forrajera del Subtrópico. 

La búfala no necesita para entraren celo esperar el "flushing" de pasto verde que se produce durante la primavera. Le basta con que se moderen las temperaturas estivales, entrando en celo de marzo a junio, con pastos fibrosos (eso si, tiene que haber un mínimo de volumen). 

El celo se corta cuando comienzan a mantenerse las bajas temperaturas. Esta característica del bubalino le permite producir leche y carne, no sólo en zonas templadas, sino también en el sub-trópico (siempre que se haga un manejo prudente de cargas en el invierno el búfalo en promedio representa una carga de 1.2 equivalente vaca).

En cuanto a producción de carnes, las crías a campo y en condiciones subtropicales tienen una curva lineal de crecimiento y ganancia de peso, ininterrumpida desde el nacimiento (de enero a abril, promedio marzo) hasta los 15 meses de edad, donde entra un segundo invierno, pero sin consecuencias demasiado graves porque no tiene todavía cambio de dientes (el primer par de incisivos permanentes irrumpe a los 2 1/2, 3 años de edad). 

Esto le permite alcanzar, a los 27-30 meses de edad (cuando entra en su tercer invierno), el de faena es 500 a 550 kilos de peso vivo. 

Una nota realizada en Julio de 2015, por la FAUBA al Ingeniero Marco Zava, especialista en Zootecnia nos informa más acerca del tema:

“La temática tiene como limitante el desconocimiento por parte de estudiantes y técnicos. Ellos deben tomar contacto para hacer extensión y que llegue al productor para que el proyecto búfalo no fracase, porque es un manejo distinto al de los vacunos”, aseguró el Ing. Marco Zava, especialista en Zootecnia, invitado por las cátedras de Producciones Animales Alternativas y de Producción de Bovinos de Carne de la Facultad de Agronomía de la UBA para difundir información actualizada en la FAUBA.

En el mundo hay 200 millones de cabezas, casi el 15% de toda la población ganadera; y el 95% se encuentra en Asia. De las 19 razas que existen, dos están presentes en nuestro país: la Mediterránea y la Murrah. En el año 2009 el Ministerio de Agricultura de la Nación oficialmente consideró la carne de búfalo como una raza carnicera más. 

“Hay tres tipos posibles de productos para el mercado: el mamón búfalo, recién destetado, que pesa entre 250 y 300 kilos; el de exportación, de 520-550 kilos; y el novillo de consumo que pesa de 380 a 450 kilos. La ganancia de peso vivo es de un 60% superior al vacuno, tanto en la cría como en el engorde, y los niveles de parición son superiores en un 15%. Y el crecimiento vegetativo es muy importante porque la hembra sigue produciendo hasta los 20 años”, dijo. 

Según el especialista, el búfalo posee triple aptitud: carne, leche y trabajo. Si bien la carne bubalina es similar en topografía, sabor y terneza a la vacuna, tiene la característica de poseer un 40% menos de colesterol y más contenido de hierro, además de ser magra y muy nutritiva. “La carne es de un color rosado vivo, de aspecto agradable. Si el animal es joven tiene muy buena terneza y como es excelente ganador de peso, puede faenarse con 24 meses de edad”, explicó.

Además, destacó que es un bovino con calidad de res muy buena, que vende mucho más que el animal en pie. “Hay productores que para no cargar el campo, dejan a la madre un mes más y la destetan a los 9 meses, entonces venden el mamón búfalo de 270 kilos. Y eso sí que se corta con una cuchara”.

También, la carne de búfalo presenta un excelente nivel de ácidos poliinsaturados, que tienen doble ligadura y se pueden “fracturar”, lo que los hace más digeribles y más saludables para el organismo humano. Asimismo, posee niveles destacados de ácidos grasos del grupo omega 3 y de isómeros conjugados del ácido linoléico (conocido como grupo CLA, sus siglas en inglés). Por ello la carne bubalina es un alimento nutracéutico, es decir, con excelentes propiedades terapéuticas.

El cuero de búfalo es de excelente calidad, utilizado para elaborar productos de gran demanda.

En relación a la leche, produce un promedio de diez litros por día (que equivalen a 30 litros en vacunos por su alto tenor de grasa butirosa) y se utiliza para hacer productos gourmet, como la mozzarella de búfala por ejemplo, que se vende en Italia.

“En la Argentina la producción de leche comenzó en el año 92. A pesar de que el animal fue domesticado hace siete mil años, es una herramienta nueva.  En el país los rodeos puros son el 30% de la población de búfalos, el resto son rodeos comerciales, producto de cruzamientos. Falta mucho camino todavía y el motivo por el que vengo a la Facultad es para eso, difundir conocimiento”, expresó.

Y aseguró que, actualmente, en los países de América Central utilizan el búfalo como animal de trabajo para transporte de fruto de palma aceitera africana, y comienzan a aprovecharlo para carne y leche.

“En la ciudad de Buenos Aires hay restaurantes que reciben mamones y los venden como carne gourmet, pero masivamente no se lo diferencia del vacuno. La cuota Hilton asignada recientemente para la carne de búfalo argentina favorece su comercialización, y su conocimiento por parte del consumidor”, destacó Zava.

 Razas y Difusión

Las razas bubalinas son 19 si se incluye como raza a un tipo diferente o sub-especie, el Búfalo de Pantano, Swamp Buffalo o Carabao con 48 cromosomas, destinado principalmente a trabajo y en segundo término para carne.

Las 18 razas restantes se utilizan para leche y carne, también para trabajo, y son los Búfalos de Río con 50 cromosomas, de las cuales 16 se definen como tales en el sub-continente indo-paquistaní y constituyen el 20 % de la población bubalina de esa región el 80 % restante es el “Desi” o búfalo cruza.

Se agrega la raza Mediterránea, de origen índico, definida como tal en el sur de Europa y en Medio Oriente (o sea la cuenca del Meditrráneo), donde es la raza mayoritaria. Y se llega a las 19 razas incluyendo al Buffalypso o raza Trinitaria, cuyas características se definieron en la isla de Trinidad después de 50 años de selección partiendo de cuatro razas índicas como base.

De todas las razas, las de mayor importancia económica en el mundo son la Murrah, la Mediterránea, la Nili-Ravi (mayoritaria en Pakistán), la Carabao, la Trinitaria, la Jafarabadi y la Surti, en ese orden. De éstas, tres son las razas existentes en nuestro país y que a continuación se describen:

Mediterránea

Se formó en Italia. Sobre su origen racial hay diferentes teorías, unas mencionan la Surti, otros la Murrah, los estudios moleculares demuestran que los búfalos de la raza Mediterránea y los de la India tienen una población originaria común (Kumar et al., 2007).

Están definidos como raza en Europa y demás costas del Mediterráneo. Sus colores comunes son el negro, gris oscuro, marrón oscuro y negro pizarra.

Presenta cuernos medianos dirigidos hacia atrás y hacia  los costados con las puntas cerradas hacia arriba y hacia adentro formando una media luna. 

Los adultos tienen un peso promedio de 700 a 800 kg en los machos y 600 a 650 kg las hembras. El cuerpo es compacto, macizo, profundo, ancho en relación a su largo y las patas cortas y robustas. Con ubres de tamaño mediano, bien formadas, con cuartos bien cuadrados. 

Son muy buenas productoras de leche. Tienen un período de lactación promedio de 270 días, con una producción de 2.175 kg/leche/año y un porcentaje de grasa de 8,1 % (Borghese y Mazzi, 2005)


Murrah

Su origen se encuentra en la región del Punjab, en el noroeste de la India. Murrah es una palabra hindú que significa “espiralado” y deriva de la forma  de sus cuernos. Su color es negro azabache.

Los cuernos son cortos, negros y espiralados desde su misma base, primero se orientan hacia los costados y luego completan el espiral hacia atrás. Es la raza más difundida en el mundo. 

Los adultos tienen un peso promedio de 600 a  800 kg en los machos y de 500  a 600 kg las hembras. Tienen ubres bien desarrolladas, con venas bien marcadas, cuartos bien cuadrados y pezones de fácil manipulación. Son excelentes lecheras.  

Tienen un período de lactación promedio de 305 días, con una producción de 1.675 kg/leche/año y un porcentaje de grasa de 7,3 % (Borghese y Mazzi, 2005).



Jafarabadi

Su nombre deriva de la ciudad del mismo nombre en la  India. Son de color negro y hay manchas blancas en la cabeza y en la parte inferior de las patas que son aceptadas. La frente es muy prominente. 

Tiene una cabeza grande, con una frente muy convexa de corte rectilíneo. Los cuernos son pesados, gruesos, fuertes y anchos, tienden hacia abajo, atrás de los ojos terminando con un rulo espiralado hacia atrás. 

Los machos tienen un peso de 700 a 1.500 kg  y las hembras 650 a 900 kg. Es la raza de mayor tamaño. Las ubres presentan una excelente conformación.

Tienen un período de lactación promedio de 319 días, con una producción de 2.151 kg/leche/año y un porcentaje de grasa de 7,8 %  (Borghese y Mazzi, 2005).



Cruzamientos

En rodeos comerciales bubalinos se suele usar el vigor híbrido logrado con el cruzamiento entre razas para un primer avance en los niveles de producción de carne y leche.

Nili Rabi

Su origen se origina de la combinación de los nombres de los ríos Nili y Ravi que cruzan la provincia del Punjab, en Pakistán. 

Fué descrita previamente como dos razas. La Nili se encuentra en el valle de Sutlej y la Ravi en la barra de la sandalia. Ambas áreas son el Punjab central Paquistaní. 

Los animales son de color negro, tienen el iris de color celeste, con manchas blancas principalmente en la frente y borla de la cola aunque también aparecen en las patas, ubre, y cascos.

El cuerpo es macizo, profundo, de patas cortas. La cabeza es larga, la barbilla doble. Los cuernos son enroscados como los del Murrah.  El peso promedio de los machos y de las hembras es 600 y 450 kg respectivamente. 

La ubre está bien desarrollada con pezones largos colocados en ángulo recto y con venas muy prominentes. 

Tienen un período de lactación promedio de 294 días, con una producción de 1.820 kg/leche/año y un porcentaje de grasa de 6,8 % (Borghese y Mazzi, 2005).


Bufalypso o Trinitaria

A partir de una población producto del cruzamiento indiscriminado entre las razas de origen hindú Bhadawari, Jaffarabadi, Murrah, Nili Ravi y Surti, su selección se basó en mejorar algunos rasgos morfológicos para la producción de carne, de manera de obtener un animal lo más parecido posible al Aberdeen Angus (Bennett, 2006).

No obstante las razas que le dieron origen son productoras de leche, por lo que se consideran animales de triple propósito.

Su nombre deriva de la conjunción de las palabras “Búfalo”  y “Calypso”, por ser esta última, el nombre de la música popular nacional de Trinidad y Tobago. 

Se origina a partir del cruzamiento del búfalo de pantano (Carabao) con razas de búfalos de rio (Murrah, Nili-Ravi, Jafarabadi, Surti, Nagpuri y Bhadwari). 

Es una  de las razas mas difundidas en Centro América. El cuerpo es de color amarillo rojizo y negro.

El peso promedio de los machos es de 600 -700 kg y las hembras entre los 450 -500 kg. 

En Trinidad y Tobago, dada la ausencia de selección, las hembras tienen un período de lactación promedio de 191 días, con una producción de 611 kg/leche/año y un porcentaje de grasa de 7,1 % (Rastogi y Rastogi, 2004; Borghese y Mazzi, 2005). 

En Cuba las primeras 323 búfalas importadas, sin selección, control de edad y/o número de partos, a las que se les registraron 826 lactancias ocurridas desde 1983 hasta 1989 produjeron en promedio743 kg en 202 días de lactancia con 7,4% de grasa, el 34,5% de las hembras produjeron leche a los 244 días de lactancia y 7,1% alcanzaron los 305 días, con producciones de 1.011 kg y 1.286 kg respectivamente (Mitat et al., 2007).



El Inti en la publicación del 19 de enero de 2016 informa:

En el marco del Proyecto INTI-Unión Europea “Mejora de las economías regionales y desarrollo local”, profesionales del Centro INTI-Lácteos junto a expertos internacionales realizaron acciones de transferencia tecnológica dirigidas a actores de la cadena láctea bubalina en Corrientes, Formosa, Misiones y Buenos Aires. En esta región se concentra el 85% de los búfalos de la Argentina. La zona cuenta con características climáticas y ambientales propicias para el desarrollo de esta especie. Las unidades productivas tienen dificultades para acceder a la tecnología, disponen de escasa infraestructura logística y comercial y sus recursos humanos aún no cuentan con la formación técnica adecuada .

El objetivo del Proyecto es acercar tecnología a las Pymes y MiPymes de las regiones más postergadas del país, como lo son el NEA y el NOA. En este marco, INTI-Lácteos llevó a cabo una serie de actividades haciendo eje en la transferencia de tecnología, orientadas a establecimientos que elaboran productos lácteos con leche de especies no tradicionales, como la de búfala.

Dicha iniciativa tuvo como acción central la visita de los doctores Humberto Tonhati (Brasil) y Angelo Citro (Italia), ambos expertos internacionales del sector bubalino. El primero tiene una vasta experiencia en temas de mejoramiento genético de razas bubalinas, mientras que el segundo en elaboración de quesos hilados.

En Argentina existen 90 mil ejemplares

Los búfalos de río -subespecie que representa el 70% de la población mundial de búfalos de agua- producen entre 1.500 y 4.500 litros de leche por lactación. Tienen una vida productiva mayor que la del ganado vacuno, dado que siguen proporcionando crías y leche después de los 20 años de edad. En Argentina existen aproximadamente unos 90 mil ejemplares (32 mil vientres en producción) de las razas Murrah, Mediterránea, Jafarabadi y mestizas, lo que representa la tercera población de América, detrás de Brasil con 3.5 millones y Venezuela con 350 mil ejemplares. La región NEA concentra el mayor número de búfalos, particularmente las provincias de Corrientes y Formosa agrupan 60 mil animales de esta especie, de acuerdo a datos aportados por el SENASA en 2014.

Las condiciones de producción no escapan a las generales de las observadas en el NEA, es decir, unidades de producción de pequeño tamaño en relación a las producciones lecheras de la región pampeana, menor acceso a tecnologías, escasa infraestructura logística y comercial, y recursos humanos sin la formación técnica adecuada. Teniendo en cuenta este contexto, resulta imprescindible desarrollar acciones de asistencia técnica y capacitación productiva, como la que lleva adelante el INTI; donde se conjugue la vinculación entre instituciones nacionales y regionales así como la transferencia de tecnología que contribuyan al desarrollo de zonas productivas lácteas extra-pampeanas.

En este sentido se apuntó a fortalecer el entramado productivo de la lechería bubalina a partir de la formación de personal de INTI-Lácteos, de centros INTI en el NEA, de instituciones técnicas de la región, de actores locales -como productores primarios e industrializadores-, de organismos públicos y privados y de proveedores de insumos y equipamientos. Las actividades realizadas se orientaron tanto a la producción primaria como a la elaboración y comercialización de productos lácteos bubalinos; además se realizaron clínicas tecnológicas en establecimientos y visitas técnicas al Centro INTI-Lácteos.

Los resultados de esta misión serán plasmados en un cuaderno tecnológico elaborado por los expertos Tonhati y Citro, con la participación técnica y traducción del veterinario Carlos Cañameras y la licenciada Marina Cornacchini, ambos profesionales de INTI-Lácteos. El propósito es que los productores dispongan de una herramienta práctica para aumentar la rentabilidad en la producción de quesos hilados bubalinos. Asimismo, este cuaderno constituye el punto de partida para futuras acciones de asistencia tecnológica con el objetivo que los productores agreguen valor a sus productos

¿Por qué el NEA?

Aquí se concentran el 85% de los búfalos de la Argentina. La región cuenta con características climáticas y ambientales propicias para el desarrollo de esta especie. Las unidades productivas tienen dificultades para acceder a la tecnología, disponen de escasa infraestructura logística y comercial y sus recursos humanos aún no cuentan con la formación técnica adecuada .

La Red tiene como propósito difundir e implementar las tecnologías de gestión para mejorar la productividad de las pymes de la región. De esta manera, el INTI constituye una red nacional de especialistas para la difusión, capacitación y asistencia a empresas en tecnologías de gestión, creando nodos en distintas regiones del país y una coordinación en Buenos Aires. Actualmente, está integrada por 14 nodos con aproximadamente 60 asesores.

¿Por qué mirar a Italia y Brasil?

Italia, además de poseer una antiquísima tradición en la elaboración y consumo de Mozzarella de Búfala, también desarrolló la raza Mediterránea, de alta calidad en producción lechera. Además cuenta con una Denominación de Origen Protegida: la Mozzarella di Búfala Campana (www.mozzarelladop.it/).

Brasil cuenta con la mayor población de búfalos de Sudamérica y una calidad genética de excelencia. La cadena láctea de esta especie posee una tradición de muchos años, incluyendo un vasto centro de consumo de Mozzarella de Búfala en la ciudad de San Pablo y sus alrededores (por la presencia de una importante colectividad de origen italiano, gran demandante de este producto).


Fuentes: 

Asociación Argentina de Criadores de Búfalos.
Programa Búfalo- Gobierno de Formosa.
Pasado, presente y futuro del búfalo en Argentina.
Senasa 2004.
INTI

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