jueves, 8 de octubre de 2015

Advierten que la crisis de la citricultura sigue agravándose

Advierten que la crisis de la citricultura sigue agravándose La citricultura atraviesa momentos delicados. En 2014 la producción cayó 8,2%, afectada principalmente por la menor cosecha de limón, y si bien con la normalización de las condiciones climáticas la producción repuntará en 2015, aún se mantendría por debajo de sus niveles históricos.

Pero los problemas de producción se combinan con un conjunto de distorsiones que están limitando el desarrollo de un sector que desde mediados de los ’80 se ha caracterizado por su alto crecimiento. Estas son: costos de producción crecientes (en dólares), alta carga tributaria, escaso capital de trabajo para afrontar coyunturas desfavorables, devaluaciones en países compradores, dificultades para abrir nuevos canales de comercialización y alta concentración de la renta en el eslabón comercial.

Así lo indicaron referentes de la citricultura argentina al presentar el trabajo “Citricultura, estudio de la cadena de valor”, editado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en la sede de la entidad.

En el acto, donde estuvieron presentes los titulares Raúl Robín, de Economías Regionales de la CAME; José Carbonell, de la Federación Argentina del Citrus (FEDERCITRUS) y Julio Jaime, de la Federación de Citrus de Entre Ríos (FECIER), se presentó una radiografía exhaustiva de la cadena citrícola, ilustrando la importancia que tiene esa actividad en el desarrollo local, especialmente de la región noreste y noroeste del país, en Tucumán, Entre Ríos, Corrientes, Jujuy y Salta.

Según el informe, en épocas de buena cosecha la cadena citrícola llega a absorber más de 110.000 empleos directos y 165.000 indirectos que trabajan, ya sea brindando servicios de asesoramiento, reparaciones, transporte o como proveedores de bienes e insumos. A su vez, el complejo citrícola aporta más de 660 millones de dólares anuales por exportaciones, y genera un valor bruto de producción anual de US$ 1.160 millones. Eso ha permitido que la Argentina se destaque entre los diez principales productores de cítricos del mundo y como el principal exportador de limón.

En palabras del titular de Economías Regionales de la CAME “el estudio aborda la cadena de valor de la producción citrícola desde una perspectiva analítica, a fin de conocer datos actualizados sobre la realidad del sector y propiciar una mirada crítica sobre los desafíos que afronta hoy la actividad”.

“El trabajo sienta las bases de análisis para emprender acciones que fortalezcan el desarrollo de la citricultura, con aplicación de tecnologías que agreguen valor en todo el ciclo productivo de la cadena para garantizar estabilidad y rentabilidad del sistema”, concluyó Robín.

Por su parte José Carbonell, en representación de la actividad citrícola argentina, felicitó a la CAME por este primer trabajo específico sobre la citricultura, economía regional propia del NOA y NEA de nuestro país. “FEDERCITRUS proporcionó colaboración e información técnica y estadística. Valoramos que se exponga a la consideración pública las características y el volumen productivo de una de las producciones agroalimentarias más significativas del país”, concluyó Carbonell.

A continuación Julio Jaime, titular de los citrícolas entrerrianos, expresó que “el abandono de la visión parcializada y especifica de la actividad - desvinculado de la agroindustria, la logística, la distribución y la comercialización de nuestros productos -para tomar como universo de estudio la cadena en su totalidad - desde la semilla hasta la góndola - implica el análisis de un objeto más complejo que el anterior, que solo puede realizarse desde una absoluta integración interdisciplinaria”.

En ese sentido el titular de FECIER agregó que “este nuevo objeto polifacético requiere enfoques no tradicionales, que abarcan desde el análisis de los mercados internacionales hasta la llegada al consumidor, desde la certificación de calidad hasta nuevas formas de dirección estratégica, pasando por la discusión acerca de los productos generados por la biotecnología y la denominación de origen de productos regionales”.

“El análisis de la cadena de valor de la citricultura del NEA debe ser el insumo principal en el diseño de nuevas políticas, que deberán crear la institucionalidad más adecuada para introducirnos de lleno en la crisis, buscando las soluciones que el sector se merece”, finalizó Jaime.


(farer.com.ar)

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